Cuando las personas alcanzan la madurez cronológica, se supone que sus ideas también han alcanzado dicha madurez, pero a veces ambas no coinciden, y acaban siendo niños eternos, como Peter Pan, viviendo en los "mundos de yupi". Para eso sólo tienen que idealizar permanentemente cualquier situación adversa, en la que los únicos convencidos, son ellos mismos; a quien pretenden engañar con esas pantomimas? Disfrazan de "Príncipe azul" a sus parejas, en un alarde absurdo de obviar sus miserias humanas, y le cuelgan un cartel con las virtudes de un franciscano devoto, y entregado a hacer el bien, cumpliendo con sus deberes de padre y amante esposo. Que ridículo más espantoso!!!
No es preciso decir todas las verdades, pero al menos cuando se diga algo, que se aproxime lo más posible a lo que significa decir la verdad, o mejor aún, emplearse en redactar denuncias sociales que no atragantan a nadie.
