jueves, 3 de septiembre de 2020

Terapia de humor

 Últimamente, estamos  acostumbrados a que los temas únicos en las tertulias, las noticias, y todos los medios de comunicación, o al menos los que ocupan más del 90% de nuestro tiempo informativo, vayan por los mismos derroteros, y la mayoría de los sufridores, estamos de la pandemia, y los políticos, hasta el mismísimo virus. Todas las cadenas de TV, y las emisoras de radio, llenan sus espacios de información con los mismos temas; tanto, que a veces cambias de canal, y no varía un ápice el contenido de una a otra, porque coinciden hasta los mensajes publicitarios.                                                         Sin ánimo de ofender a nadie, (porque soy consciente de la preocupación y tristeza, por la que pasamos, y porque ahora más que nunca estamos demostrando nuestra resiliencia) necesitamos reir, para poner una pincelada verde, en tanto horizonte enharinado, o sea: Entre pan y pan, lechuga. Qué fue de aquellos programas de humor en TV de todas las épocas anteriores a la pandemia, de Jose Mota, Los Morancos, Martes y Trece, comedias divertidas dentro de otros programas musicales, actuaciones divertidísimas de Carlos  Latre, etc. En la programación de ahora, predominan las tertulias políticas, tipo gallinero, dónde nadie respeta su turno de intervención, y se van desplumando los "gallos-gallinas" de diferentes ideologías, y apenas se entiende la postura de cada uno, porque "cacarean" todos al mismo tiempo, y al final, ni el moderador sabe quien ha "puesto el huevo". Este es el panorama de las televisiones públicas. Tenemos la opción cada vez más extendida, de las televisiones privadas, que visto lo visto, se va a convertir en la "Nueva normalidad" como casi todo lo que antes era público, y al alcance de cualquier ciudadano. Véase el ejemplo  de lo que pretenden hacer con la   Sanidad; pero eso es otro cantar.                                                       Muchos vamos a continuar arrastrando la pesada cruz de nuestras preocupaciones y tristezas, pero sería bueno aparcar todas ellas unos minutos al día, para evadirnos, y retomarlas después con otro ánimo, que las haría más llevaderas.                 Si lo que alguien, o muchos, pretenden es borrarnos para siempre la  sonrisa, (En público ya la llevamos oculta tras la mascarilla) lo están consiguiendo. Pero ya que no tenemos pan, ni circo, (o al menos sólo poco pan para muchos, y mucho circo político y poco deseado para todos), podíamos evadirnos en privado, y echar unas risas, de la mano de muchos de los buenos profesionales del humor, que tenemos en nuestro país. Según los psicólogos, el estado de ánimo repercute a favor o en contra, con una serie de mecanismos, en una cadena de transmisión, que conduce a la salud, o a la enfermedad, según sea positivo, o negativo. De continuar cómo estamos, en breve, nos convertiremos en un país pobre, enfermo, y triste.                Por favor, necesito una carcajada que llevarme a la boca!!!