sábado, 26 de mayo de 2012

QUE PENA DE FAMILIA!!!


Supongo que estaréis enterados de que la hija de Otegui ha pedido que excarcelen a su padre por las secuelas psicológicas que la condena de su padre le provoca y por el estado de salud de su abuelito paterno. Pues no voy a dar mi opinión sobre el tema, porque el señor Pepe Álvarez, periodista de  Asturias ha escrito una carta a esta criatura plasmando lo que yo pienso mucho mejor de lo que yo podría hacerlo:  
*Carta a la hija del etarra, Otegui *
 
Por Pepe Álvarez 
 (Periodista) 
"Yo no sé qué te han contado en casa. Ni qué has aprendido en la
ikastola. No sé si practicas el mismo odio rabioso que tu padre o crees que es un hombre de paz.
Ignoro tu nombre, no sé si te llamas Leire, Goiatz, Iratxe, Loiola, Aintza o simplemente Itziar. Así que te llamaré hija de *Otegui*, que supongo a ti no te resultará ofensivo. Sé que estás pasando malos momentos por tener a tu padre en la cárcel y que incluso estás recibiendo apoyo psicológico, según dicen. A los 14 años, en plena adolescencia, debe ser doblemente duro. Leo también que tu madre y tu abuelo paterno están delicados de salud. ¡Vaya por Dios! Parece que la mala suerte se ha cebado con tu familia.
  
Tal vez sea verdad lo de tus secuelas psicológicas. O tal vez no. Tal vez sea una coincidencia que uno de los hijos de tito *Joseba* (*Permach*) se encuentre también en tratamiento en el mismo hospital por la misma razón. O tal vez no. 
Permítenos que dudemos, hija de *Otegui*, porque después de tantos años entrando y saliendo de la cárcel, entrando y saliendo de Francia y entrando y saliendo de ETA, que te den las secuelas psicológicas justo en este momento, cuando se prepara la ofensiva política de tu /aita/ y su cuadrilla para (re)negociar la resolución del conflicto y estar en las próximas elecciones (de ahí la necesidad de salir del trullo), pues se me antoja cuando menos sospechoso

Presunto, digamos. Pero mira, voy a creerme tus secuelas. Echas de menos a tu /aita/ y la /amatxo/ está malita. Afortunada tú. Porque yo conozco mucha gente que echa de menos a su padre y sólo le queda la posibilidad de llevarle flores a su tumba. Y conozco a muchas madres que llevan años sin dormir, con fuertes depresiones o síndromes postraumáticos severos; y que cuando duermen, lo que ven son los restos de sus hijos desperdigados por un parking tras una explosión asesina. Y conozco niñas que a tu edad quedaron salvajemente mutiladas para siempre, sin piernas o sin brazos o sin ojos o, simplemente, sin ganas de vivir (eso sí que son secuelas, ¿verdad?). Y otros niños más pequeños que tú que vieron morir a sus padres a tiros, delante de sus inocentes ojos (eso trauma mucho, te lo aseguro). Y otros muchos que han quedado huérfanos, o que han desarrollado enfermedades psicológicas y físicas, o que han perdido a sus amigos del colegio o a sus hermanos o a sus abuelos. Todos ell os echan de menos a sus seres queridos y a esa parte de su infancia o adolescencia que murió con ellos.
 
Y de todos esos traumas y secuelas, hija de *Otegui*, es responsable tu padre. El que está en la cárcel. El que tanto echas de menos. Yo no sé qué te han contado en casa. Ni qué has aprendido en la ikastola. No sé si practicas el mismo odio visceral y rabioso que tu  padre hacia los que no piensan como él. No te conozco. A lo mejor le has rogado, con llanto en los ojos, que deje de ser parte de la serpiente. O tal vez pienses, como otros, que es un hombre de paz. Pero me inclino a pensar que no sabes quién es realmente tu padre. Ni qué es. Pues yo te lo voy a contar..
 

-Tu padre es un asesino. Tú aún no habías nacido cuando le llamaban "el Gordo" y militaba en ETA político militar. A los 20 años ya era el encargado de vigilar a los empresarios vascos secuestrables (*Lipperheide*, *Olarra*, nombres que no te sonarán). Cuando ETA-pm se autodisolvió, integró con otros "polimilis" el grupo "miliki" que acabó por incorporarse a la ETA actual. Tu padre fue juzgado por el secuestro de *Javier Rupérez* y absuelto por falta de pruebas (la víctima no pudo identificar a los secuestradores porque iban encapuchados).
 
En cambio sí fue condenado por el secuestro en 1978 del empresario *Luis Abaitua*, al que ocultó en una cueva de su pueblo, Elgoibar. Un año después, integrado en el comando "Kalimotxo", junto a *José María Estolaza, Luis Alcorta* y demás gudaris, trató de secuestrar al político *Gabriel Cisneros* (uno de los padres de la Constitución ), quien recibió un tiro en la espalda al intentar huir, resultando herido de gravedad en el estómago y en la pierna izquierda, y provocándole secuelas (secuelas, hija de *Otegui*) que perduraron hasta su muerte, en 2007. En el juicio, celebrado en 1990, uno de los secuestradores (*Marhuenda*) inculpó a tu padre y a los demás, pero aún así se libraron de la cárcel. En cambio sí fue condenado a 6 años por el secuestro de *Abaitua*, de los que cumplió sólo la mitad. Un chollo, ¿no crees? 

-Tu padre siempre ha sido parte de ETA. Siempre ha seguido las directrices de ETA. Cuando era militante activo y cuando se pasó a la política (aprovechando el encarcelamiento de la Mesa Nacional de Batasuna, en 1997). Cuando pactó con el PNV, EA y demás abertzales en Lizarra para salvar a una moribunda ETA del linchamiento social, tras el asesinato de *Miguel Ángel Blanco*, cuando negoció con Aznar y con Zapatero, la resolución del conflicto en el falso proceso de paz. Y también cada vez que enaltece a un compañero gudari y cada vez que escupe las soflamas de ETA, en *Gara* o en Anoeta. Tu padre ha sido, es y será una parte importante de la serpiente etarra. Y como tal es responsable de todos y cada uno de sus crímenes desde que se integró en ETA, allá por 1977, mucho antes de que tú nacieras.
 
Sí, hija de *Otegui*, tu padre está en su derecho de pedir su libertad para que tú no sufras, como ha hecho sufrir él a cientos de niñas de tu edad. La diferencia es que tu padre eligió ser un terrorista y sus víctimas no. Y que sepamos, aún no se ha arrepentido de serlo. Por eso, nosotros estamos en nuestro derecho a pedir que cumpla su condena hasta el último segundo.
Aunque sea un pobre consuelo por todas las vidas que ha roto; por todas las secuelas que ha dejado a su paso. Y por todas las que dejará.
Y para terminar, sólo quería hacerte una pregunta que me inquieta.
-¿Realmente te provoca secuelas psicológicas el hecho de que tu padre esté en la cárcel durante unos meses y no el hecho de que sea un asesino terrorista desde hace años?"
 
 
Difundirlo por toda ESPAÑA.
Que circule por toda ESPAÑA.


     

martes, 22 de mayo de 2012


DESTELLOS

     Era uno de esos días grises, en los que no logras centrarte en nada de lo que te rodea. La apatía, y la falta de opciones, llenaban mi espíritu; y tenía la sensación de ser un ave sin alas, metida en una gran jaula de oro, con las puertas abiertas, hacia caminos inciertos.
     El crepúsculo culminaba su andadura, entregando el testigo a las tinieblas de la noche. Viajaba por la autopista sin rumbo fijo, sumergida de lleno en mis recuerdos, transportada a lugares y tiempos felices; realizando una especie de catarsis, que aliviara mi espíritu de la masacre final.
     Como en las páginas de un libro, hojeo su contenido, deteniéndome sólo en los capítulos que aportan algo positivo a mi existencia; algo parecido a una ráfaga de viento que separara las palabras escritas, lanzándolas al infinito de mi memoria, y dejando en blanco, las páginas que no quiero recordar.    
Sigo recorriendo el espacio a ninguna parte, huyendo de mi misma. Es una situación angustiosa que había sentido otras veces, pero presentía que esta vez era diferente. Como si hubiera agotado cualquier posibilidad de solución, y me sintiera en la obligación de tomar un único camino, teniendo ante mí un muro infranqueable de incomprensiones, una enorme Torre de Babel; desolada por la impotencia, y el desánimo.
     A medida que transcurrían los kilómetros de mi viaje, me repetía a mi misma: “Estoy muerta, aunque no entierren mi cadáver hasta dentro de treinta años”.
     Y de pronto, una luz brillante, cegadora, me atraía como un potente imán. Luchaba por alcanzarla, presionando con fuerza el pedal del acelerador; tenía que conseguir llegar. Era la solución que estaba esperando, la señal que me haría desconectar del mundo conocido, para pasar a otro mucho mejor. Pero en ese momento, un enorme cartel de Neón, se cruzó en mi camino, anunciando un atajo con luces multicolores, y las prisas por llegar a la meta, me hicieron tomarlo sin dudar. De ese camino principal, partían bifurcaciones; todas con un mismo nombre: “Senderos de vida”. Y tomé la primera a la derecha. Después, otros tantos caminos con nombres extraños para un destino: Opciones, Ruta sin retorno, Mirador de tu interior. Todos ellos invitaban a seguirlos, con brillantes anuncios de luces de colores llamativos. Y elegí “Opciones”.
      A medida que pasaban los kilómetros, iba aminorando la marcha, sintiendo que mi euforia disminuía, volviendo poco a poco a mi ansiada paz; hasta encontrarme en el centro de una calzada, desfilando lentamente entre carrozas engalanadas, donde una multitud aclamaba mi paso, vitoreando a ambos lados de la calle.
     Me sentía protagonista, y feliz; por fin, había encontrado mi lugar, desenvolviéndome con soltura, sintiéndome querida, y admirada. Divisaba a lo lejos a mis hijos sonrientes, mis amigas y compañeras, y todos alzaban sus manos saludando, complacidos de verme de nuevo entre ellos; y ya no quería irme de allí. Sólo deseaba seguir mi recorrido, disfrutando de esa paz y felicidad, que hacía mucho tiempo que no sentía.
     Al final del trayecto, había una comitiva de recepción, esperándome para hacerme los honores; y un señor muy amable, y sonriente, me entregó un gran libro. Le di las gracias, y lo abrí para hojear su contenido; pero no pude disimular mi asombro, cuando observé, que aquel gran  libro encuadernado en piel, y  con el título en letras doradas, sólo contenía unas inmaculadas hojas blancas. Miré la portada, y creció mi perplejidad, porque el título coincidía con el nombre de su autor; y en la portada ponía simplemente: “Tú”.
     Otro caballero mayor, de aspecto bonachón, y  muy sonriente, me entregó un estuche con dos plumas estilográficas, invitándome a iniciar el relato de ese libro. Una de las plumas tenía la tinta blanca, para corregir todo lo que no quisiera incluir, una vez escrito con la otra pluma de tinta azul. Y entonces comprendí, que lo que esperaban de mí, es que volviera a reescribir mi vida, que en ese momento tenía las hojas en blanco; y sólo de su contenido dependía la trayectoria que quisiera seguir.
     Me quedé pensativa, redactando mentalmente el inicio de esa nueva vida que podía personalizar; llenando huecos, cambiando vivencias, eligiendo compañeros de viaje; y que permitiría expresarme libremente, pudiendo añadir un vocabulario al final, para mejor comprensión de mi terminología, sin tener que dar explicaciones engorrosas, que hicieran sentirme culpable. Era maravillosa la opción que me brindaban; y lo que estaba esperando durante toda mi vida anterior. Podría volver a nacer, dónde y cuando quisiera, y vivir mi infancia y adolescencia de la forma en que había soñado; y mi madurez, sin traumas ni sometimientos. Tenía en las manos mi destino, sin interferencias, ni imposiciones ¡Por fin sería libre! Libre para decidir de principio a fin, lo que quería hacer de mi vida. Libre, para marcar mi camino, sin senderos fijados de antemano, ni obligaciones; pudiendo elegir cómo y cuándo, realizar mis deseos.
     Abrí los ojos, un poco aturdida, despertando de esa aventura entre sueño y realidad,  sin saber a ciencia cierta donde me encontraba; me incorporé buscando con la mirada ese libro -fruto de mi imaginación-, para iniciar el relato. Lo primero que escribiría en las páginas del libro de mi nueva vida, sería mi nombre; como un nuevo registro, -con bautizo incluido-, que definiría mi nueva identidad. Tenía que elegirlo bien; no quería equivocarme, ahora que la elección dependía sólo de mí. Pero por más que miraba a mi alrededor no encontraba el libro encuadernado en piel con las letras doradas; y sólo me vi rodeada de muebles vacios, en la habitación de un hospital. Hasta ese  momento no fui consciente, de que la vida me estaba regalando una segunda oportunidad, para dirigir mis pasos de forma pausada, hacia senderos que antes había ignorado, y que las opciones, crecían en progresión geométrica; tanto, que necesitaría más de una vida para poder acceder a todas. Mostrándome lo equivocada que había estado hasta ese momento, en el que mi hundimiento personal, me había llevado a esa “Ruta sin retorno”, de la que, de haberla tomado, jamás ocuparía el lugar donde ahora me encontraba.
Marga Utiel.


viernes, 18 de mayo de 2012

NO SALEN LAS CUENTAS


Pues resulta que por fin se sabe el número de políticos que pululan por estas nuestras Españas. Y como era de esperar, resulta que tenemos más políticos viviendo de los presupuestos que ningún país de Europa. Enlace a la noticia.

Resulta que tenemos EL DOBLE de políticos que el segundo país con más políticos de Europa (Italia).

Resulta que tenemos 300.000 políticos más que Alemania ¡con la mitad de población! Además Alemania está mucho más descentralizada que España. Alemania cuenta con 6 niveles administrativos (Estado - Länder - Regiones Administrativas - Distritos - Mancomunidadades - Municipios) y España sólo con 4 (Estado - Comunidad Autónoma - Provincia - Municipio).

Resulta que tenemos 445.568 políticos.
165.967 médicos
154.000 policías
19.854 bomberos

Resulta que tenemos más políticos que médicos, policías y bomberos... ¡juntos! ¿Y luego lo que sobra son funcionarios? ¿lo que sobra son médicos y bomberos?

VENGA YAAAAAAAAA!!!!


HAY QUE HACERLES UN ERE, Y A ROBAR A SIERRA MORENA!!!!

sábado, 5 de mayo de 2012

De todo un poco


A todos nos ha pasado alguna vez, que vamos circulando por la ciudad, y el vehículo que nos precede lleva una velocidad inusualmente lenta; pero cuando consigues pasar a otro carril, ves que no hay nada que le impida conducir con normalidad, y al ponerte en paralelo con el que intercepta el paso, ves con estupor que el conductor va relajado, con un cigarro en la mano derecha, y en la izquierda sostiene el móvil en animada conversación. A mí me sucedió el jueves cuando iba detrás de un todoterreno, que no me dejaba ver nada de lo que había delante. Al llegar a un semáforo en rojo, pensé en sacarle una foto con el móvil, y publicarla, pero me lo pensé mejor, porque se que no iba a servir de nada. Aunque digan que sancionan estas situaciones, los conductores siguen incumpliendo las normas de circulación con total tranquilidad, con el peligro que supone para todos, y el cabreo de quien lo padece, pero está visto que en este país no pasa nada, y cada uno puede hacer lo que le venga en gana sin consecuencias para los infractores; y esto es “pecata minuta” para lo que  nos han hecho en Argentina con lo del “robo” a IPF por La presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Y digo yo; habría pasado lo mismo si en lugar de ser España la víctima de este espolio, hubiera sido Alemania, Francia, o porque no, China? Creo que no se hubieran atrevido, y estas situaciones pasan (entre otras cosas), por falta de solvencia económica. El dinero, como decía Don Francisco De Quevedo, “poderoso caballero es D. Dinero”. Lo que mueve al mundo es el dinero, el sexo, y el futbol; Ay, el futbol! Incoherencia total, que hace enemistarse a padres e hijos, vecinos, y amigos, si uno de ellos es del Barça, y otro del Madrid, a pesar de que ninguno de los incondicionales de estos equipos recibe ni un euro por su fidelidad, y lo único que hace su fanatismo es repercutir en las primas astronómicas de los futbolistas, propiciando cada vez mejor nivel de vida, con casas más lujosas y coches exclusivos, mientras que los aficionados ven descender sus ingresos por la crisis que siempre afecta a los mismos. Y hablando de crisis, y los políticos actuales que siempre hacen responsables a los mismos del descenso de las arcas. Ilusa yo, que pensaba que esta situación era producto de la vida actual, pero ha llegado a mis manos un documento para sacarme del error:
  

  
Diálogo entre Colbert y Mazarino 
durante el reinado de Luís XIV de Francia, el ‘Rey Sol’
 
¡Hace cuatro siglos! 
 


Colbert:  Para conseguir dinero, hay un momento en que engañar al contribuyente ya no es posible. Me gustaría, Señor Superintendente, que me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está endeudado hasta al cuello... 
 
 
Mazarino:  Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión.  ¡Pero el Estado...! ¡Cuando se habla del Estado, eso ya es distinto!  No se puede mandar el Estado a prisión.  Por lo tanto, el Estado puede continuar endeudándose.
¡Todos los Estados lo hacen!
 
 
 
 
 
Colbert:  ¿Ah sí? ¿Usted piensa eso?   Con todo, precisamos de dinero, ¿y cómo hemos de obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables? 
 
 
Mazarino:  Se crean otros. 
 
 
Colbert:  Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres. 
 
 
Mazarino:  Es cierto, eso ya no es posible. 
 
 
Colbert:  Entonces, ¿sobre los ricos? 
 
 
Mazarino:  Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarían más y un rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que gasta, sí. 
 
 
Colbert:  Entonces, ¿cómo hemos de hacer? 
 
 
Mazarino: Colbert, ¡tú piensas como un queso de Gruyere o como un orinal de enfermo! Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres. Son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a esos a los que debemos gravar con más impuestos..., cada vez más..., ¡siempre más!
A esos, ¡cuánto más les quitemos, más trabajarán para compensar lo que les quitamos!
¡Son una reserva inagotable! 


¿Te reconoces, amigo de la clase media?