domingo, 7 de diciembre de 2014

DIGNOS DE LÁSTIMA

Nunca entenderé el afán que tienen algunas personas por controlar a las que tienen a su alrededor. Es un empeño malsano, y hasta patológico; como una especie de desequilibrio psicológico para suplir ciertas carencias en el ámbito privado de sus vidas. Considero que esas personas poseen un desmesurado empeño en creer que son más importantes si consiguen ser, o al menos parecer, superiores al resto de sus compañeros/as, vecinos, o amigos. Esta anomalía suele darse en personas de baja autoestima, que en el ámbito privado no tienen el reconocimiento ni la admiración de las personas de su entorno, y arrastran desde la infancia un acusado complejo de inferioridad. A veces. pueden causar un daño irreparable, si disparan sus emponzoñados dardos contra seres débiles, y en otras ocasiones -la mayoría- estas malas acciones encuentran un duro adversario, que les hace sentir como si chocaran contra un muro; o lo que es peor, como si recibieran su propio mal, una especie de boomeran que les golpea con toda la fuerza que ellos emplearon para lanzarlo contra los demás.
Un dicho popular asegura que recibimos todo lo que proyectamos, como un reflejo de nosotros mismos en un espejo, que nos devuelve la imagen real que está frente a él. Y ya sabemos que "quien escupe al cielo, le cae en la cara".

sábado, 6 de diciembre de 2014

LA LUZ DE TUS OJOS

Mis múltiples ocupaciones me han obligado a dejar de lado este blog, pero a partir de ahora espero retomarlo de forma continuada. 
Para los amantes de la poesía os dejo esta composición que hice hace tiempo.



LA LUZ DE TUS OJOS

Ya no queda en mí hueco álamo,
para llenarlo con los misterios de tu amor;
ni en mi mente deseos de presencias,
de hogueras infinitas de pasión;
de aquellas con palabras que se extinguen,
flotando en el aire con tu nombre.

Evocaré al viento tu presencia,
que renueve mi volcán dormido, inerte;
y bañándome en el oscuro mar del silencio,
escucharé las lágrimas de un verso,
que me hable entre susurros, de ese amor que ahora no tengo.

Subiré al firmamento de tus ojos, levitando en sus destellos;
con su verdor luz fugaz, de guiños cuando la veo.
Acortando distancias de este inmenso desierto,
entre tus ojos y los míos, en oasis de deseos.

La luz del alba con sus rayos palidece,
el crepúsculo detiene su agonía;
y las almas la andadura errante,
para ver la claridad de tus pupilas.

Marga Utiel