lunes, 15 de febrero de 2010

Violencia de género

No entiendo como hay personas que "justifican" de alguna forma, el maltrato que ejercen unos seres humanos sobre otros; generalmente los hombres a las mujeres.
Comprendo que es durísimo aceptar la violencia ejercida, siendo conscientes de que la persona violenta es tan sólo"una mala persona", sin más; y que es imposible tratar de justificar lo injustificable.
Siento que se me desgarra algo por dentro, cuando escucho comentarios del tipo: "Si una mujer no cumple con sus obligaciones, al hombre no le queda más remedio que castigarla" o: "Algunas lo que van buscando es que el hombre acepte divorciarse de ellas para que les pague todos los meses, y encima se vayan con otro". Para muchas personas, sobre todo amas de casa, es muy triste sentirse atrapadas en una situación así; porque por más que digan que están protegidas de sus maridos, no lo están. Si fuera así, no habría tantos crímenes, ni tanta violencia de las formas tan horribles que existen.
Y que me dicen del "silencioso" maltrato psicológico? Ese que va destruyendo poco a poco a la persona que lo padece durante años, y que deja secuelas imposibles de erradicar?
El ser humano es el peor enemigo de su especie, y estamos a años luz de solucionar los problemas derivados de esa "maldad" que no tiene explicación, y lo que es peor, tampoco se puede solucionar mientras existan personas que la justifiquen.

2 comentarios:

enrique dijo...

MARCE: El problema principal se llama EDUCACION. Mientras no se consiga educar a la poblacion en los verdaderos valores humanos, la VIOLENCIA DE GENERO seguirá, máxime cuando hay paises que menosprecian a la mujer. No obstante recuerda que "mas ruido hacen 30 personas chillando que 300 calladas"; yo percibo que la sociedad está muy concienciada en estos problemas. Siempre es bueno recordar para que no se olviden. UN ABRAZO: Enrique

Marga_utiel dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Enrique. La educación es la base del comportamiento de la población; y la educación sólo pueden impartirla los padres, dialogando con los hijos, con mucho cariño, y también con firmeza, según la situación.
Un fuerte abrazo